2007-03-30

Flanes

Un flan de los de mi suegra, recién desmoldado.

Llevaba años sin probar un flan (bueno, casi sin probar un flan, que alguno había caído). Y el otro día mi suegra (bueno, la madre de mi Niño), me ofreció uno. Y lo acepté.

Desde aquel momento, la buena mujer no ha parado de hacer flanes, ni yo de devorarlos con auténtica devoción. Lo reconozco: estoy enganchado.

Y si además tengo la suerte de llegar a casa cuando ella los está preparando, o bien ha terminado poco antes, mi delirio es todavía mayor: me como un par antes de que se enfríen del todo, pues es cuando más deliciosos los encuentro.

Y es que, al fín y al cabo, soy hombre de muchos vicios.

I Confess

Lo confieso, soy culpable.

Culpable, porque he tenido este espacio bastante abandonado en los últimos veinticinco días.

Culpable, porque mi rendimiento académico no es el que era, y mucho menos, el que podría ser.

Culpable, porque el último exámen (2007/03/28) lo suspendí miserablemente; el aprobado está en un 70% y yo saqué un 69.1%.

Culpable, porque, a pesar de que me encanta comer con la Niña, esta semana le he dado plantón ya tres días. Espero que hoy no me lo dé ella a mí.

Y aunque en todos los casos existen atenuantes, reconozco que tal vez podría haberlo hecho mejor, y por ello pido perdón a los afectados (si estáis leyendo esto, claro está).

Saludínx

2007-03-05

Lunes...



Y es que los lunes tienen un no sé qué, que qué sé yo. Nos hacen sentir diferentes. Tras el relax del fín de semana, volvemos de nuevo al rutinario mundo laboral, escolar, o el equivalente que a cada cual le corresponda, y nos damos de morros con el cínico señor Murphy, a quien tanto le gusta la probabilística.

Pues resulta que la Niña y yo hemos quedado para comer juntos, y mira tú por dónde, que el restaurante de siempre, que suele estar medio vacío, estaba de bote en bote. Claro, cuando hemos llegado allí eran las 14:26, minuto más, minuto menos, y servidora tenía que irse a la academia a las 15:30 como tarde. Habitualmente nos sirven con rapidez, pero hoy estaba a reventar el comedor. Y para más guasa, nosotros éramos los únicos dos occidentales en todo el restaurante (chino). Me ha dado la sensación, aunque pienso que han sido imaginaciones mías, de que nos dejaban para el final, con tal de atender a sus compatriotas. Normalmente, esto no me habría parecido mal, pero es que llevaba prisa, ¡leñe!.

Desde la reciente adquisición del negocio por parte de quienes actualmente lo gestionan, a menudo nos encontramos con problemas de comunicación con una o dos de las camareras que suelen atendernos, ya que no dominan bien el castellano, y a veces interpretan una aclaración con un nuevo pedido, y acabamos con pedidos del orden de:

(para dos personas)
2 Kuó Tié
2 Sopa de tallarines con huevo
1 Fideos fritos
3 Coca-cola
2 Empanada de pasta (esto es un postre que descubrimos por accidente, y que está muy bien, pero una ración bien sirve a dos o tres)

Compárese con lo que en realidad estábamos pidiendo:

(para dos personas)
2 Kuó Tié
1 Sopa de tallarnes con huevo
1 Fideos fritos
2 Coca-cola
1 Empanada de pasta

En definitiva, que para cuando hemos terminado de explicarle lo que queríamos, ya me empezaba a angustiar a mí el inexorable avance de los segundos, empecinados en pasar a ser minutos.

Cuando nos trajeron la comida, estaba, como de costumbre, buenísima... pero tan caliente que hubimos de esperar a que se enfriase lo bastante como para no hacernos ampollas en la lengua (que luego la necesitamos para hablar, joé), y al final acabamos por pedir que nos envasaran parte del menú para llevar, porque el menda, si no, no llegaba a tiempo.

Al llegar a la academia, me encuentro con el siguiente poema:

Durante el fín de semana, el administrador de la red informática de la academia, hijo de la "jefa", se ha dedicado a hacer modificaciones en la configuración de la red. Para hacer pruebas en el nuevo laboratorio de prácticas que están montando, ha cogido de cada aula el ordenador destinado al profesor, los ha usado para vaya usted a saber qué, los ha dejado encerrados en el laboratorio, bajo llave, y no se ha molestado en informar de todo esto a nadie. En cuanto a los profesores, se ve que, cuando le han interrogado al respecto, ha argumentado que "ellos ya se traen el portátil, y no necesitan el ordenador".

Aclaremos que los susodichos portátiles son de propiedad de cada profesor, que no tiene ninguna obligación de llevarlo y además sólo ha empezado a llevarlo como consecuencia de las extremas medidas de seguridad establecidas por el administrador, que les impiden instalar un programa si lo necesitan para el correcto transcurso de las clases.

Casualidad de casualidades, nuestro profe no disponía hoy de su portátil, por tenerlo "convaleciente", tras haberlo tenido que formatear durante el fin de semana debido a varios problemas técnicos. Y otro de los profesores, casualmente, hoy no había considerado necesario traer su portátil.

No sé exactamente cómo habrá resuelto cada profesor su problema, pero sí sé que al nuestro han tenido que crearle una cuenta de usuario nueva, a fin de que pudiese hacer uso de uno de los PC dedicados a los alumnos.

Y ha cogido el de Dani. Cuando he llegado al aula, me he encontrado a Dani en el mío, por lo que me he tenido que sentar en el de Manel, quien ha tenido que volver al que había abandonado en un principio por mal funcionamiento.

De locos.

En el lado positivo, he podido hacer el exámen que me perdí el viernes por no estar muy fino. Y he aprobado con un 83,7%, sin siquiera haberme mirado el tema.

Durante las prácticas, he podido comprobar que mi práctica funcionaba a la primera, y he podido ayudar a algunos compañeros a diagnosticar la causa de que las suyas no lo hicieran.

Un día interesante. Palabrita de egocéntrico.

Saludín

2007-03-01

Empieza la recta final.

Y es que los viejos hábitos no nos abandonan tan fácilmente. Haber estado casi dos años trabajando en la Agencia Tributaria lo condiciona a uno un poquito, sobre todo cuando se acercan ciertas fechas. Me refiero, por supuesto, al tan temido periodo comprendido entre el 2 de Mayo y el 30 de Junio, en el que toca presentar la declaración de la Renta.

Sí, lo sé, aún faltan dos meses, pero como soy de esos a los que siempre les suele pillar el toro, cada año tomo medidas para que esta vez no sea así.

Así pues, como sé que lo mejor y más sencillo suele ser presentar la declaración por Internet, he tomado las siguientes medidas:


  • Me he ido a la web del Proyecto CERES, dependiente de la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre - Real Casa de la Moneda, para renovar mi Certificado Digital, que me caducaba el 1 de Abril de este año. Si tenéis uno, podéis renovarlo durante los últimos dos meses previos a su caducidad. Lo curioso del caso es que normalmente, desde la solicitud de renovación, hasta la disponibilidad del certificado para su descarga, suele ser necesario un plazo de unas veinticuatro horas. Yo no he esperado más que diez minutos, y lo he podido descargar. Probablemente a otra persona no le funcione, pero por probar no se pierde nada.

  • He consultado mis Datos Fiscales (requiere el uso del certificado digital), donde he podido comprobar que, de momento, se obtienen los correspondientes al ejercicio 2005, aunque en breve estarán disponibles los del 2006.

  • También he observado, en el paso anterior, que mi Domicilio Fiscal no coincidía con el real (me mudé en Ocubre y no lo notifiqué, ¿vale?), por lo que he tramitado, también mediante el certificado de usuario, un modelo 030 (lo llaman de "Comunicación de cambio de domicilio o de variación de datos personales o familiares". Sencillos que son, esta gente).



Y de momento, como no es posible todavía descargarse el Programa de Ayuda a la Declaración de la REnta (el tan conocido P.A.D.Re), ni se pueden obtener los datos fiscales del ejercicio 2006, no he hecho más al respecto. Pero estaré, como cada año, entre los primeros que presenten la declaración... y supongo que, como de costumbre, entre los últimos que cobren la devolución, si me sale a devolver.

En fin, que tanto escribir cansa, aunque sea de un tema tan ameeeeeeeeeno.

Saludínx.
P.D.- A aquell@s que estéis acostumbrad@s a simplemente pedir la devolución rápida o confirmar el borrador que os envía la Agencia, os recomiendo que, antes de hacerlo, comprobéis con el PADRe vuestra declaración. A menudo sale más favorable.