2007-12-03

La alegría del mastín

Es un día soleado como otro cualquiera de Diciembre. Deambulo por la plaza, camino del trabajo, disfrutando la luz del sol que, si bien no calienta mi piel ya por estas fechas, sí le da un cierto calor a mi alma, borrando por un rato las preocupaciones de mi vida.

Caminando, llego hasta el lugar donde un mendigo mantiene su cuerpo caliente gracias a dos mastines que descansan serenos a ambos lados de él. Al irme acercando, me percato de que el hombre, a su vez, intenta como puede darle algo de calor a un tercer mastín, más pequeño éste por su corta edad, al que sostiene en brazos, intentando que el perro esté en contacto con él lo más posible.

Una joven se acerca a él, se agacha y deja unas monedas en la vieja y castigada caja de puros que el hombre tiene ante sí. Antes de que la muchacha pueda reaccionar, uno de los mastines, percibiendo en ella una benefactora, se acerca a ella y le regala mil cariños. La joven los recibe felíz, devolviéndole otros diez mil, tanto a él como al segundo mastín, y al pequeño que, aún tiritando un poco, se aparta del mendigo para demostrar ese afecto incondicional que sólo los perros son capaces de sentir por un completo extraño.

El sol sigue brillando sobre mí, mientras abandono la escena, pero ya no me proporciona ningun alivio. No tardo en comprender que siento envidia de la joven, por ese cariño que da y recibe, y porque, a diferencia de mí, ha pensado en ayudar a alguien que lo necesitaba.

2 comentarios:

Esther Yébenes dijo...

Jo-do...
(su-do respondería Eva).

Muy bonito.
Pero me siento mal por cada vez que he tenido oportunidad de ayudar a alguien y he girado la cabeza para mirar a otro lado... Supongo que no es más que el egoismo humano el que te hace mover la cabeza, aunque creo que debería ser capaz de resistirlo.

Pero por otro lado, cómo diferenciar la gente que realmente lo necesita y no quedar como un primo?
Jaja, acabo de releer lo que he escrito, y el egoismo está ahí de nuevo. O el orgullo, que al fin y al cabo son primos hermanos.

Diría que ahora que se acercan las navidades es el momento más idoneo para intentar hacer la buena obra del año, pero eso lo único que sería es pan para hoy y hambre para mañana...

--[ Evuchi ]-- dijo...

Ya no es ser primo o no primo. Hay algunos a los que no puedes ni acercarte.

Sí, tan cruel como verídico. A la muchach le muerde uno de los mastines y ni te cuento lo que pilla. El pobre le podría haber pegado piojos... Y el perrito más pequeñajo ... ese es el único que no tiene culpa xD

No, quiero decir que sí, todos querríamos ser mejores personas... Pero, qué leches, cuando yo esté bien podré ayudar a los demás. Aunque como nunca estaré tan sobrada pos na' , to' pa' mí xD